Alegrón
Traigo tu destino en el agudo
viaje de una carcajada
que se levanta con la histeria
cargada del crimen anunciado.
Desbocada, ha venido para tragar,
de extremo a extremo, todas las artimañas
que te pones con las caricaturas que te quedan,
antes que deserten de tu carne
coaguladas de sangre
hacia las exclusivas curvas de mi diversión.
Tú, serás la presa insalvable,
dentro de este inmensurable castigo,
ni con la mueca de la pena
podrás evitar que tu aspecto pase a ser
la expresión de un crujido roto detrás de la boca,
pero antes te habré de disfrutar
como a un famélico perro
que va buscando la salida
en las fauces de un tormento
perturbable,
hostil,
amenazante.
Tu dulce desespero será un banquete
tembloroso,
perforado,
en trocitos
entre la sacudida repleta de mis dientes.
Luego, habrás conocido en detalle
cómo vibra el agrado del paladar,
cuando disuelve las texturas degolladas
con la desquiciada imaginación
que mata por instinto.
¡Puff!