Evaraña
(Soneto)
Dejando la caricia por su España,
impulsa la buscada del Valiente
que aguante sus achares y artimaña
con porte carismático, obediente.
Por vivir lo aprendido como araña
da la vuelta redonda en el presente,
ya la andanza parece telaraña
colgada de un vacío deprimente.
Sola vuelve al paraje de la espera
con la hilacha de planes fracasados,
donde impera su afótico contorno.
Ansiando que en su próxima carrera
al mostrar los vaivenes reputados,
encuentre a su bichito en el retorno.