Friday, December 6, 2019

Invierno I (Inclemente ciclo)






Invierno I (Inclemente ciclo)




Despierta el letargo de un sol humedecido,

de rituales en la fuente de las sombras,

donde ahogado concede otro cuento de agua.

Rutina inflamada de nubes rotas

invadiendo la frialdad,

si el diagnóstico irrebatible es el invierno.

Es diciembre en las libertades del aire

y su nombre, con la dolencia del paisaje

malherido, va cambiando el atuendo del color,

de la algarabía, ahora atosigada de cicatrices

al mostrar el síntoma del inclemente ciclo

que desparrama el blancor de los instantes.



Primer indicio de la gravedad impresa,

que amplía la fotofobia

de su pronóstico en general sobre el relieve

como una plaga glacial, acaso,

dispersando el síndrome de la vida.

Tanto, que el espacio tose sus grises heridas

como arterias de árboles sin hojas, cayendo

con el crónico contagio de la sequedad,

porque es el desarreglo de los días 

que se rompen de adentro hacia afuera,

cuando se arranca todo el dolor de la tierra.



¿Lo ves?, justo allí… hay un proceso

que abre la puerta secuencial, una fase

buscando el leve retoño de la lucencia.

No te afanes si no lo ves, hay candados

en los ojos que solo abren unos pocos

y a veces la excusa del frío es muy pequeña

para verla como una mueca rebelde

sobre el claror de una ventana. Boqueando.

El atributo de un gesto incomprensible

que aprende a llegar al modo

más abúlico del fríor,

tan blando, tan abatido, tan débil,

para luego, brillar por encima de las cosas.




Nancy Santiago Toro

Derechos Reservados©







Desacompañamiento (Soneto)






Desacompañamiento
(Soneto)




Como Adán en los labios del deseo,

por acrecer el mal y el cuento chino,

aquel de Eva, iniciado a lo divino,

con la manzana del carameleo…


Alustras el perfil del cachondeo

en el cuerpo mojado y negrestino,

fingiendo un Sol de origen cristalino

que no te servirá de galanteo.


La miel que proporciona tu Veneno,

vertido en la raíz de tus pecados

ha dejado un alerta, los cuidados


y un semáforo en rojo para el freno.

Para ti ni hoto, entrada o parentela,

solo un fin, y en reserva la cautela.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©