Thursday, August 16, 2018

Con los ojos de mi alma





Con los ojos de mi alma




Nunca esquivo tu idílica mirada,

aunque tus ojos lejanos parezcan ciegos,

yo te contemplo en las sombras de la nada

y te observo hasta en el fondo del silencio.



Como balcones de cristal te reciben mis ojos

y al entrar por la puerta ancha de mis sueños

le cierro mis cortinas a las necias luces,

desertando soledad, distancia y tiempo.



Ya dormida la mirada en la cuna del deseo,

  estalla tu sonrisa amplia invitando al eco

y mientras te sonrío, tu imagen viva se ilumina

al mirarnos, lentamente, más allá del cuerpo.



Y como sedosa caricia en tu rostro etéreo,

te sacude su contacto como si fuera un beso,

te seduce el recorrido de su destello áureo

como intenso contenido a merced del fuego.



Y te escucho, te alcanzo, te abrazo y te recreo,

presencio todos tus rincones, desnudo tu reflejo,

toco los espacios imposibles a mis dedos,

 y siento tus colores más que vivos, satisfechos.



Y si despiertan incoloros porque tú le faltas

es porque en mis lágrimas has salido de paseo,

mas a tu encuentro salen los ojos de mi alma

impregnados de tu amor, ¡lo que es más bello!





Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Como rosa blanca





Como rosa blanca




Cada día que pasa es una ausencia

o una explosión interna desde el alma,

¿o es que acaso la vida se hace leña

cuando el dolor es fuego que te abrasa?



Ayer fui cántaro de agua que se daba

en tus raíces en transparencia fresca

y cuánta vida te dejaba en la mirada,

pues cuánta muerte deja si se niega.



Cada pedazo de mí fue una rosa blanca,

la paz de mi alma en límpida entrega,

eran pétalos íntimos de mi piel descarnada,

desnudando el sol y lluvia que una vez tuviera.



Clara como la fulgente luz fue mi palabra,

sin bridas ni frenos, desde mi tumba más secreta,

se soltó desde el silencio que la ataba,

revelando mi escultura con crucial certeza.



Hoy mis llamas crepitantes con el aire danzan,

sin rumbo hacia el infinito se dispersan,

como humareda disuelve mis andanzas

de melancolías, alegrías y tristezas.



Llevan mi vida, un caudal de pequeñas cosas,

los pedazos de esencia que mi ser libera,

de lo que he dado y he recibido de las obras

que el tiempo me ha dejado en permanencia.





Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Hambruna






Hambruna




Se alzan en etéreo vuelo
los espectros de luces calladas
y sus huesos aún en el suelo
crujiendo sus hambrunas pasadas.


En la miseria son huérfanos de amor
dirigidos por señales de muerte,
donde el hambre no mata el dolor
de la esperanza feroz que alberga el más fuerte.


Rostros de fe que no piden nada,
tan solo el pan que les llene el alma
y que llegue lenta quizá otra alborada
para saber que Dios aún los ama.


Furtiva es la mirada que indiferente mata
la que cierra los ojos, mientras la tierra traga.
La que los lleva a una vida tal vez mas grata
donde el amor no hiera con una daga.


      Pedazos rotos, víctimas sin nombre
con gritos moribundos que nadie oye.
Jugando de niños a ser los más hombres
en la espera de la muerte que los apoye.


La tierra consume lo poco que queda
y un grito se oye desde sus entrañas,
dicen,“es la vida, sálvese quien pueda,
que el amor es hoy cosa extraña”.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©







Vienes y te vas






Vienes y te vas




Vienes y te vas como presurosa ola,

tu espuma rueda risueña y sin futuro,

en ella traes tan solo el diáfano murmullo

y el abrazo de mar en rígido abandono.



Como botella en el mar a llegar te afanas

y no te detiene distancia ni tormenta,

mas tu mensaje de amor se desbarata

como el veleidoso escarceo de la marea.



Si logras llegar eres como la fina lluvia

en arcaica seducción que nada inventa,

lanzas tu tácito recorrido gota a gota,

saciando la sed con estancia pasajera.



O llegas como el viento que todo roza,

de enarbolar crinadas cabelleras,

para dejar un beso de grácil mariposa

y sus alas de polvo sobre mis cejas.



Porque tienes la esencia de una rosa

en fugaz decoración sobre la mesa,

tu cuerpo es como el pétalo que arroja

el perfil marchito de su inevitable ausencia.





Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Despiadado corazón

 





Despiadado corazón




Tu corazón no siente ni padece,

es una piedra petrificada y muda;

fibra que ni siquiera se estremece,

cuando tu alma su oscuridad desnuda.


Expresa una frialdad persistente y cruda,

despoblada de encantos, carente de belleza;

pobre paisaje desolado que sin duda

en mi campo pleno no atraviesa.


Desértico de pasiones y bondades,

pero lleno de pantanos de vileza,

los que cubrieron de rudas vanidades

mi fértil sentimiento de nobleza.


En tu estéril corazón no brota la ternura,

no susurran las palabras al eco del amor,

solo existe el impulso de la fugaz aventura

y el brioso ego que se sustenta del dolor.


Su tupida maleza son todas tus mentiras;

 allí descansa la verdad sin ningún valor

y en su sangre turbulenta tú solo giras

como rufián, villano y cruel traidor.


Pero algún día tropezará tu ávida afrenta,

se desplomará inusitada como vaso de cristal,

 por que la vida finalmente te pasará mi cuenta

cuando te enamores… de un corazón de metal.



Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Sobre un hilo de locura (Dueto)






Sobre un hilo de locura
Por los autores
Christian Acosta y Nancy Santiago Toro




Voy escalando en tus nostálgicos suspiros,
hasta convertirme en amado pensamiento
y entre las paredes calladas de ese abismo
mi límpido amor se sujeta a tu silencio.
 

Traslúcidas voces de silencios apremiantes
como esporas de sueños en el vórtice de cordura
dejan su etéreo amalgamado en tu hálito embriante
y renacen perennes sobre un hilo de locura.

Para colgar un cuadro de lúbricas intimidades
de dos protagonistas en el torrente de un delirio,
en encelado encuentro de nómadas pasiones,
que nos arrastran de cabeza hacia el desquicio.
 

Incorpórea piel desnuda, células sin sangre
tras el túnel de terciopelo que el deseo exhala,
puedo tocar tu esencia ingrávida que arde
un rebullir de volcanes que fluidos emanan.
 

Epicúrea fantasía con ganosos dedos de aire,
arrebato que me tocas con hambre de sueños,
puedo sentir el palpitar de tu corazón distante,
aunque sean de huecas nubes nuestros cuerpos.
 

Mis nubes se harán huracán de noventa grados,
te sostendrán en el ángulo abierto de mi pecho,
porque encontradizo abriré en aura mis brazos
y mi corazón excitado emprenderá el acecho.
 
 
Y en medio de todo este espacio interminable,
y sobre la distancia que entre los dos se extiende,
se abrazarán al fin nuestros deseos en espirales
para arrancar del tiempo lo que estaba ausente.
 

Y quitaré toda la marea fuera de tu arena,
se avistarán tus emociones como caracoles,
alisaré el temblor que tu vientre almacena
y esconderé en ti mi cofre de intenciones.
 

Pintaré con el arco iris el acromático paisaje,
arrancaré nuestro sueño atrapado entre las redes
y marcará el tiempo nuestras huellas de colores
sobre el legítimo destino que sólo Dios ofrece.
 

Y como átomos de agua nos haremos mares,
reventará el algente silencio como el oleaje
y sembraremos en su humedad las tibias vocesque llenen con amor nuestros corazones amantes.



Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©