Todavía más ajena, más conmigo,
a sobremanera, más itinerario,
a gusto mío más fuera de este mundo
y a mi modo, sobre tierra, más mundana
a través del gran desfile del teatro
acostumbrado al contexto de la vida
exigente de enmascarado público.
Voluntariamente, extraña.
Sin parar, sumamente laberinto,
más hallazgo, a la par, estampa,
demasiado huella del suspenso,
peligrosamente, más batalla.
Más desvíos en los paraderos
de la ausencia con mi cuerpo.
De continuo, más parajes
hacia adentro, más repudios que soltar
en vocalía de controversia.
A lo sumo, crucigrama.
Día tras día, sin cesar, más dueña
de la explicitud escandalosa
en talante de hemencia satisfecha
que a fuerza puntiaguda
digo y callo,
cotidianamente, más desorden
en la revolución de la ordenanza.
Más alacridrad ante el hincapié
sin aledaño y más allá del morbo
contendor, totalmente, a rajatabla.
Nancy Santiago Toro
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