Wednesday, September 11, 2019

Con el Arte de Vivir






Con el Arte de Vivir




De pobre reflexión y entendimiento,

deliras a menudo en la pobreza,

valorando los lujos, sin riqueza.

Sin medir tu pamema en crecimiento,


por husmear en los demás el fiasco

que en Ceguera no miras en ti misma,

igual no ves los fallos de la crisma

formando el musgo infecto de tu atasco.


Mísera en las palabras que frecuentas

con la exageración de mojigata

al usar esa terquedad barata

que escapa de tus propios trabacuentas,


sin detener el freno hasta la envidia.

Necesidad del cántaro vacío,

presto para guardar el mosquerío

del presente acoplado a tu desidia.


Natural en los muchos avatares

enmascarados. Tanto tienes, tanto

vales. Mediocres sobras del quebranto

liando sombra y ceniza en tus andares.


Ahora dime tú, si el paradigma,

¿de pispajo, de rata?, rompe el saco

de la fortuna hostil que aquí destaco

visible en la espesura de tu estigma.


Solo tu pensamiento inmoviliza

tu triste posesión en vericueto.

Mal soberbio del tonto más pobreto,

colmado de estrechez encubridiza.


Te pregonas sin ser lo que no eres,

nombrando de virtuosos los principios,

que en tus acciones son contraprincipios

carentes de verdades. Menesteres


que aumentan a la vista tus fracasos;

la hilera, sino hay dos sin tres. No insistas

las apariencias santas, moralistas,

que sé tu cuento chino y los escasos


bienes de tus razones financieras

que miden tus pequeñas facultades.

No eres ni el uno en mis totalidades,

ahorráte conmigo enredaderas.


Sembraste y en cosecha aquí estoy

echando la pitanza en tu cocina,

es al pan, pan y al vino vino. Mina

del deleite que mezclo con el hoy.


Derrite la Idiotez Materialista

que desgasta tu ser de día en día,

si yo de cuerpo entero en la ardentía

disfruto de la vida cual turista.


Si no serás ni roca en mi destino

ni en lo demás que aguarda lo imprevisto,

no te gastes, si yo, triunfante, insisto

la Vida hasta la Muerte. Mi Camino.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Zanguango (Soneto)





Zanguango
(Soneto)




Sufriendo gravemente está el zanguango

de pasajero atarugado en cuentos.

Cómodo, más que el mimo en sentimientos

jubilados. Sin miel, va a por el mango


para mamar un chin la pepa y guango

con machete arrancando aburrimientos,

empieza a descubrir, así, talentos

íntimos como todo un querindango


al llamado feliz de sus colegas.

Y al vuelo cual avión va haciendo entregas,

más fausto que marica con dos culos,


con la gran vida, sin los disimulos

del ayer. Es un "Baby" sin "kinder",

un "Senior" con las ganas de joder.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©