Thursday, October 24, 2019

Sus Sombras Adversas






Sus Sombras Adversas




Avanzan con la materia de la rabia,

con los nombres reptantes por el suelo,

llegan arrastrando la inquietud de las selvas

y con la ansiedad clavada en el rostro

como espías deseando tejer telarañas

sobre mis libertades escritas.

Entran como si los ojos fueran manos

y la figura, un resumen de disfraces,

fingiendo ser portadores

de buenas costumbres.

Apacentando algún mal contra el cielo,

justo cuando deja caer las luces

como una conglomeración de sombras

resignadas al abrigo

de sus hampescas doctrinas.


Advirtiendo el livor de su aspecto,

preparo la acerbidad del celaje

como una de las tantas mujeres testigos

de la expresión bombardeante

del hombre en los portentos

de la inocencia experta al disparar

la potencia moral con la Metralla.


Afirmo que vienen y vuelven con el regreso

del masoquista, atando la espera

a la dependencia de mi lírica armadura.

No me asombra que, día tras día,

su porte se vea, trágicamente, más jodido

con esa búsqueda encadenada

al menester del flagelo.


Y yo que no le pongo anestesia al lenguaje,

ni a la retórica, ni al discurso,

por el deleite de su guión al natural,

naciendo como celebración de alguna fiesta,

cuando enfrento las bocas románticas

de placer masticando la semántica del gozo

esparcido como un recordatorio mío

y sin descanso hasta la perturbación

de sus memorias.


De hecho, tengo una inmensa

colección de regocijos en la tinta,

cada vez que gesticulan la histeria dolorosa

y escandalizados pasan por mis ojos

como bandidos golpeados por mi sangre,

antes de seguir al catálogo que se puebla

como fértil jardín, con sus eternas cicatrices.





Nancy Santiago Toro
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