Wednesday, June 12, 2019

Mortaja






Mortaja




Sin pena a las ausencias sepulcrales

me asomé en secreto y bien discreta

al sótano del recuerdo escalofriante

que aloja a los don juanes en la sospecha

y en curso vi al machito, ahora deforme,

con la ya acabada pose mujeriega,

perdiendo el pellejo del amante

que evoluciona de la llama a la pavesa.


Boca arriba, con el fin del Nada Puedes

y junto a la Mosca del mimo inagotable,

que experta invade el cuerpo como el Buitre.

Ambos, al fin, evidentemente claros,

como bacteria en mugre

en una misma imagen, inconfundibles.


Su corpóreo frío muriéndose de ganas,

doblemente, prolongándose a los huesos,

por los polvorientos restos de la estirpe.

Hacia la infinidad del Valor que nada Vale,

tan iguales, uno contra el otro,

con la exclusiva desnudez que da la carne,

dándose el cuerpo por el alma, tan felices.


De repente, del amortecido abrazo

llegaron los póstumos hedores

que te acercan las cosas más terribles

y te confieso, de primera

percibí la del Zombi repugnante

que te sigue a todas partes

para saciarse con la sangre que persigue.


Mas sin demora, con la fe del sí se puede,

que motiva, sin miedo, a los capaces,

disparé las letras en línea recta

como si el idioma fuera mi revólver.

Estaba escrito, nunca el arma es blanda,

en gótico resumen, el tipo es un fiambre

y a mí, en vivo y en directo,

me calienta otro vivo hacia adelante.


¡Y el nunca del jamás hoy sella la mortaja

 del más doloso Don Juán de los don juanes!




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©