Monday, November 5, 2018

El Loco, El Demente y El Cuerdo






El Loco, El Demente y El Cuerdo




Del bien y el mal se adueña la Locura

para guiar la razón, el sentimiento

y el acto natural del pensamiento

que le importuna a veces la cordura.


Su actividad frenética habla poco,

sin ser cuerda, es genial y divertida.

La muy loca disfruta más la vida,

por eso riñe el Cuerdo con el Loco.


Loco, al que ha sido genio del ingenio,

diseñador crucial de las ideas

y autor original de las tareas

que han logrado cambiar cualquier Milenio.


Y loco, si al amor aún sujeto

vive victorias, fallos y pesares

como humano en los muchos avatares

del error propio, nunca ajeno. Gueto


del cuerdo con fachada que controla

su postura en el arte del desorden,

de tan ficticio en la moral del orden,

a rienda suelta, es sádico que inmola.


Su táctica es la argucia que comete

el despreciable indicio que revela

la piraña interior y bagatela

de los viles defectos del zoquete


que como petulante programado,

no es más que un presumido serpentino,

insidioso del ego clandestino

y el creído que deja confirmado


que es un total demente y la alimaña

con la infeliz enfermedad mental:

psicopatía histérica. Inmoral

conducta que disfraza su calaña,


el morbo del trastorno y las dos caras

del Judas que apuñala por la espalda.

Mas la locura sana que respalda

al artesano de aventuras raras,


para andar entre locos por la vida

con el placer que brinda la sonrisa

disfrutada de boca con La Risa.

La satisfecha y siempre la torcida


del Normal, que real y siendo libre,

con la existencia entera se deshace

como un buen loco que también le place

vivir con la mirada del felibre.


Porque se inventa tras la luna, estrella,

y mar. Bien sabe que la mente vuela

y crea la ilusión en la secuela

del rumbo que se afana por la huella.


Si de aedos y locos, la cabeza

tiene un poco, declara aquel refrán

con entusiasmo, para que el bausán

actuando irracional en la torpeza,


no siga siendo en juicio el ser bichoco

que alelado pellizca los cristales

del espejo, si ajeno a las reales

conductas del carácter tontiloco,


rechaza en su visión el verdadero

reflejo del descaro y como ciego

camina el arrogante solariego,

pero es como el balazo guerrillero


que mata y vuelve y mata, aunque se diga:

—soy bueno como el pan, no se equivoquen,

disfruten mi nobleza y no provoquen.—

Solo es el pelo oculto en la albóndiga,


es más falso que guita de corambre

y por ser como el tal lunar de monja

goza el mal y lo absorbe como esponja,

pa’ sorber la bacteria y el cochambre.


De su ser sabe el loco. Más que el cuerdo

del ajeno, el psiquiatra a mí me dijo.

Por tanto, mi locura es regocijo,

dentro de un mundo loco en desacuerdo.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






SR. FRANQUEZA (Soneto)






SR. FRANQUEZA
(Soneto)




Más bien, ¿pudieras darme tu destreza

para poder contar tus amoríos?,

como así cuentas, tú, mis calofríos

 con la tal precisión de tu franqueza.


Yo... con la habilidad de tu cabeza

contaría tus vicios, tus sombríos

gestos y, si algo olvido de tus líos,

¡qué mental bendición la tal torpeza!


Pues ignorar tu sexy contundencia

sigue siendo la octava maravilla

que el mundo todavía desconoce.


Ese “sex appeal” de la indecencia

oculta en tu profunda alcantarilla.

Silenciosa en la cuenta de tu roce.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©