Wednesday, September 19, 2018

Amor mío...





Amor mío...




Tu marea placentera y alborotada

se enreda en el pulso de mi brisa,

vibro con tu profundidad de mares

como odisea rumorosa que se afirma

con tu risa, tu caricia, tu palabra;

vaivenes que seducen mis orillas.

Te absorbe el fondo de mi estancia

y despierta mi oscuridad encendida,

y con tu melodía fiel y bien cantada

estremeces mis cimientos, me cautivas.

Con tu vital surco de fuego y agua

sacias el interior de mi anatomía

y con tus huellas de cuerpo y alma

construyes la alianza de dos vidas.



De tu simiente brota la historia,

el fértil amor la mantiene viva

y se nutren desde mis venas,

tus pasos, tu contenido y autoría.

A tu firme raíz, desde mis entrañas,

un sueño polícromo le germina;

se entreabre bajo la tibia aurora,

en tallo de insomnio, no dormita

y florece su realidad, ondea su cara,

nos traspasa su mirada, nos respira

y queda colgado sobre mis ramas

como fruto pleno, me palpita.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






¿Qué le digo?





¿Qué le digo?




Ya es de noche, un mismo cielo nos arropa,

quizás allá una estrella haya amanecido,

aquí la negrura es un hueco que devora,

ni una luciérnaga irrumpe con su gesto tibio.

El aire como adusta bocanada de tristeza

vapulea el cristal de mis ojos sin motivo;

callada explosión que sacude mis entrañas,

consecuente derrumbe de lágrimas y escalofríos,

mientras el silencio tendido en mi ventana

no ha dejado pasar ni un solo eco a mis oídos.

Y mi alma que a esta hora se levanta,

te ha buscado sin saber que ya te has ido.

¿Qué le digo, cuando se dé por enterada,

cuando caiga, porque tus alas no están conmigo,

qué le digo a su necia fe o a su esperanza

cuando atestada de dolor se haga gemido?

¿Qué le digo a su esencia

cuando opaque sin tu llama

o al sueño, ese que tu luz mantenía vivo

y al encuentro que en promesa ella guardaba,

y aste amor que la noche hace infinito?

Dile amor, dile tú con tus palabras, 

que yo no sé cómo decirlo.



Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©





Tú y yo






Tú y yo




Un torbellino, un derrumbe mi descenso,

mi alma tremadal detenida en desolación 

y un adiós incrustado como daga en mi pecho,

traspasando la piel desnuda de mi amor. 

Tú en la superficie que cubre mis adentros,

mostrándote en los latidos de mi corazón,

yo haciendo golondrinas a mis sentimientos

para posarlos en tu cuerpo sin discreción.

Tú, mi noche silenciada devorando el grito

al impregnarme con la luz de tu farol,

yo haciéndome penumbra con suspiros,

porque llena tu ventisca mi pulmón.

Tú, el de ese encuentro desde entonces;

luminoso rayo que en mi tiempo germinó,

yo soltando al mundo la fiera de un te amo,

aunque me quede encadenado tu dolor.


Tú, la razón sin embozo de estos versos

para la duda que como un manto te cegó...


 Quiero que abras tus ojos como dos farolas

que el fuego desde mi sangre les pondré yo

y que el mundo desde lejos vea el incendio,

propagándose infinito con los dos.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






En la cumbre de la memoria





En la cumbre de la memoria




Me acomodo en ese espacio que me llama,

me anclo en tus brazos tan discreta,

en ese aire que acurruca la añoranza;

el estrado que sostiene esta palestra.

En ese vacío de visiones luminarias,

la distancia es complexo sin banderas

en las formas incorpóreas de nostalgia

que en el puerto de la mente se sujetan.

Allí el tiempo me detiene junto a ti, extática,

como si el mundo se extraviara o no existiera

y el abismo levanta un entramado de organza

como un tálamo de nubes hogareñas,

donde nuestras siluetas se hacen una

al cruzarse afanosa la fantasía con la idea.

Un puñado de sueño lleno de gloria

que nos da vida en libertad secreta,

cuando la lejanía nos da la espalda

y hacia la puerta del cielo nos libera.

Pero la realidad, esa puerta arranca

con un destello que el ojo parpadea

al deshacer la niebla con la mirada,

cruda verdad que nos despierta.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Hoy quisiera





Hoy quisiera




Hoy quisiera sobre mi boca el parche de tus labios

y que un beso fuera el pétalo exquisito de tu voz,

que tu paisaje se desnudara en mi absoluto espacio

y con insistencia me arrullara tu aroma seductor.


Hoy quisiera que cabalgara sobre mí tu jadeante pulso,

que vertieras sobre mi cuerpo tu catarata de sudor,

 te colgaras como infinita luz en mis rincones más oscuros

y tallaras melifluas caricias en mi piel con devoción.


 Que las estrellas como ojos de la noche nos hallaran juntos,

apretados de un mismo sueño con inseparable eslabón

y que el nuevo día ofreciera de puntillas su íntimo refugio

para seguirnos amando, locamente, bajo el flamante sol.


Y que el tiempo nos cruzara sin turno hacia el futuro,

 allí tu mirada buscara nuestra huella en mi interior,

para que vieras a mi alma a través del cuerpo, sin apuros,

como una hoja en blanco imprimiendo nuestro amor.





Nancy Santiago Toro

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Coexistiendo





Coexistiendo




Cada segundo que demanda tu presencia
es un latido tuyo perdiendo la batalla
o una sombra echada sobre la tenaz espera,
impaciente por ver la luz de tu mañana.


Cada momento que requiere tu vivencia
es un paisaje atiborrado de hojarasca
o un páramo estéril que florece con urgencia
al sentir tu esencia a través del alma.


Cada ciclo que pretende tu secuencia
es un vacío arrugado sin ventanas
o es la ingente nada, a la que le nacen puertas
cuando tu eco es un beso en mi llamada.


Cada espacio que invoca tu existencia
es sepultura de una muerte anticipada
o es esa profundidad que vivo te revela
al ascender en un te amo que me alcanza.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Te he buscado desde entonces (Dueto)






Te he buscado desde entonces

Por los autores
Ricardo José Lazcano y Nancy Santiago Toro





Desde lejos, en lo secreto del camino,

donde discretamente el tiempo nos ataba,

donde tu memoria me hacía empírico recuerdo

siendo yo presentimiento de un mañana.

Tú en mí, mirada aún flotando en el silencio,

acaudillando vehemente la voz de mi pisada.



En ese lugar diseñado con tu nombre,

en el sueño de una noche adormecida,

en su albor que llega y te proclama dentro

desnuda como un beso, en mi alma contenida.

Llego a ti con ilusión y una eterna fantasía,

descansando el tiempo al saberte toda mía.



Me encuentras, perfil de mis anhelos,

tras los cristales de rocío como radiante alba,

profundizas en mi sombra tu destello,

tatuándome en la piel impaciente llamarada.

El vigor del temblor me escala persistente,

siento al verte emoción en marejada…

Y un torbellino que a la paz se atreve

al saber que eres tú lo que esperaba.



He llegado desde siempre, desde un nada

para llenarme de ti y poblar tu alma,

me vierto en vos como luz que se derrama

y me esparzo en tu centro en tibia oleada

con tu culminada melodía, mi corazón te canta,

himnos de cielo sobre el pulso de tu llama.



Abrazan mis labios el cielo de tu boca

como nubes se garbean tus acalorados besos

y el ardor de un suspiro se hace flama,

desplazando voraz fuego al sentimiento

que nos hace dos estrellas sin distancias,

en radiante luz que estremece al cielo.



Te retengo en mi costado fértil clamoroso,

en tu cielo íntimo con lazos de vertientes

tiembla el ósculo en su ramal de labios;

su follaje de sol en tu marea se disuelve

como la noche cómplice y milagrosa

que te sabía en mí, antes de tenerte.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Tú, eternidad sonora





Tú, eternidad sonora




Tú, arriscado pensamiento, pulso de mis letras

en la rima del amor que tu presencia evoca;

el latido fascinado que se libera de mis venas

para encallar en mis poemas con sutil aroma.


Tú, el numen explosivo estallando las ideas,

desde la raíz del sentimiento que en mí se aloja,

rodando los detalles, los motivos y la fuerza

en corrientes que arrastran luces ingeniosas.


Tú, la palabra apacible que en la mente sueña

ser en la piel del verso caricia que provoca;

la imagen que susurra terneza en opulencia

cuando eres la emoción vibrátil del idioma.


Tú, contenido inagotable de una huella impresa,

expresando desde el alma y con galas luminosas

el rastro amatorio de tu vida, cuya vital herencia

es desterrarse del silencio en eternidad sonora.





Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©