Tu mirada se entrega luminosa
y en tus ojos brillando está la mía,
flexuosa entre las cosas, cadaldía,
por ser de la dación la más frondosa.
Estás entre mi sangre laboriosa,
estoy en tu regazo, en tu valía.
Cada cual, huella, mezcla y compañía
guiando la sintonía calurosa
del abrazo, del pulso en el lenguaje
que roza apasionado los sentidos
movibles y enlazados como un beso.
Tú y yo, eslabón del cíclico paisaje,
de la palabra abierta en los sonidos,
del día tuyo y mío en el suceso.
Nancy Santiago Toro
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