Wednesday, November 11, 2020

La vecina Blablablá (Soneto)




La vecina Blablablá
(Soneto)



Mi vecina parece un papagayo,

por delante y detrás de la ventana

y, a colmo, su habladera cotidiana

se muestra tempranito como el gallo.


Con la Voz del Bochinche saca al perro

y de ambos es el don de la mordida.

Buscar a quién morder es la partida

que los regresa al asco, ¡ay, qué me aterro!,


con solo imaginar el Mal interno

de esa lengua saliendo como loca

por el día, que ajeno a su objetivo,


va y vuelve al ataúd del gran Infierno.

Sin duda, en el cuartito de su boca

para agotarse Negros, mientras Vivo.





Nancy Santiago Toro

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Saturday, November 7, 2020

Nocividad




Nocividad
(Al Covi)



Destructible, inminente.

Severidad cargando móviles criaturas,

desde su escalón de sombra y sombra

hacia los dormitorios de la muerte.

Ágil para acabar la presa por los labios,

maligno para ocultarse agresor

como el silencio

que busca los círculos del encierro,

tras saberse de la palabra, el asesino.


De seguro, no habrá otro mundo

más alto que ampare

los cuerpos del asombro,

súbitamente, en la sorpresa

que les arrebata lo más etéreo

de lo invisible, la esencia.


Así de brusco debe ser el golpe de gracia

que tumba el paso de las perturbaciones

y quién sabrá

en qué barro del abismal descenso,

en qué hueco del momento fúnebre

serán los trozos glaciares

del fin extracorpóreo.


En qué después habrá ojos

con vistadas de tsunami alcanzando

la inmensa medida de la ausencia.

Qué monólogo correrá con soledumbre

hacia el espacio del jamás absoluto.

Dónde los recuerdos fatigados de vuelos

gotearán su vertiente irreparable como el río.


Sin saberlo todo, intuyo que más allá

de su alcanzada hondura,

los que se han ido,

saldrán como luces migratorias

hacia el instante visual de un rayo

como una tribu de almas dispuestas

a enroscarse, por voluntad divina,

a todas las posturas del agua,

a su vuelco de sensaciones.

Como, si a modo de ternura,

acercaran la huida de un abrazo,

aquél inmensurable de abandono

que para dos, fuertemente,

se llevaron entre las manos.





Nancy Santiago Toro

Derechos Reservados©