La suerte del bravucón
Se oye al que canta y además espanta
cual gallo del corral común y ajeno,
si ya castrado es el capón y el pleno
bravucón que agudiza la garganta.
El pollo vuelto un gallo de pelea,
mueve sus espolones pal combate
y fatuo, frente a frente al totolate
de su leal gallina, canturrea.
Altivo atrapa un piojo y ya matando
al pobre pequeñín, su humana mina
intensifica el brío del guerrero.
En eso, llegan otros infectando
al fanfarrón, y ahora su gallina
rasca el ego del gallo pendenciero.
Nancy Santiago Toro
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