Thursday, October 11, 2018

Debe ser





Debe ser




Debe ser tu mirada sacudiendo la voz

para dejarse oír muda cuando me viaja

o esa aparente rectitud que se abandona

en la mañana traviesa, sin cansancio,

cuando esquivas a tu ángel dormido

y te liberas en palabras desvestidas

de besos que nos llevan a un paraíso

sin extremos dentro de los límites del mundo.



Para entender allí, que no hay

instante más eterno que unos labios

sobre la piel sudando el corazón

y unos brazos dialogando con los dedos

todos los idiomas del sonido a la vez.

Tal vez esa sea la razón indeterminada

del porqué los suspiros de la pasión

son más profundos cuando se entregan

incomprensibles a esa dimensión sensorial

donde la única conclusión son las emociones.



Incluso, en este momento

intensamente tuyo,

entre las sienes y el alma,

podría decir con iconografía de versos

que elegir lo que debe ser, no basta,

cuando sé que la decoración del amor

muestra su estética en nuestro afecto.

A través de este inventario creado

de experiencias como raíces bajo el sol

que se han bebido nuestro ayer hasta hoy

para brotar las semillas del entorno

y una ceremonia de colores por el camino

que han dejado caer los frutos entre las manos

con amaneceres y noches en su aroma,

pero sobretodo, cuando han florecido

todas estas cosas de la constancia

que continúan con nosotros

con postura infinita en el mismo lugar.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






En tu interior




En tu interior



Pareces ocupar el interior de las murallas,

tienes su acento áspero, su estar sin prisa

y el blanco del cemento sin protesta resaltando

el color del alma inaccesible, que no esquivas.

Afianzas tu existencia con su postura inmóvil,

al fondo posees la réplica de su fortaleza íntima

y te yergues con un frontis de quietud

que espera el avance de mi tacto más tangible

sobre el pasado de alguna grieta deslucida.



Todo tú... como ellas, sin tambaleo,

sin retiro, con irrompible firmeza de caliza

y sin derribar tu elegido asentamiento

en el pecho del planeta que te alza entre la brisa

con el entramado de la aprisionada historia,

manteniendo la solidez de la nostalgia,

mientras el revoloteo de mis pupilas incansables

te rozan con el viento sin principio y sin partida.



A veces contemplo tu ángulo más desierto

y como respuesta a los ojos que te miran,

ofreces con el marco de las impalpables sombras,

el físico más robusto en consecuencia subjetiva,

cuando cuelgas el mismo ornamento sin mudanza,

semejando el hueco de aquel beso, ya lejano,

clavándose hondamente como una herida.

Por donde se desliza el luto del sol

con el impulso de la noche, y mientras, a diario

es el golpe del futuro acurrucado en tus esquinas.

Mas tú como ellas, imponiendo tu paisaje

y preservando la estructura que levantas

con algunas puertas y ventanas fijas;

vulnerables partes que tienes sin defensa,

por donde entra y sale nuestro presente todavía.





Nancy Santiago Toro

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Esas cosas de la sangre






Esas cosas de la sangre



Esas tantas cosas de la sangre

que antes fueron latidos de lo amado

con la tarea ajetreada del ciclón sanguíneo,

 crearon sus óleos movedizos

en las memorias y han seguido

por las curvas del otoño

hacia el horario de un inacabable invierno

 como fuliginosas viajeras en trasiego

fusionando el adiós de la breve estación,

con la gran distancia que alcanzamos.



Aquellas tantas cosas del corazón-refugio,

agibles en la mezclada costumbre de amar

que transitaron con las tempranas hogueras

de los amaneceres que se mueven dentro,

extraviaron el brillo de la ilusión que hablaba

y la obra esparcida del feliz calor solo exhibe

la sequía repetible del fuego y su cansancio,

cuando el frío las confronta, las circunda

y las hospeda en la claroscura cavidad

de los recuerdos que se van olvidando,

desde la pasión a la nostalgia. Sin destino.



Esas muchas cosas de las venas

que se unieron a la fuerza de quererte

con la creencia de un pedazo más eterno

arribaron a un paisaje elegido por la lluvia

y han encontrado la perfección del agua...

Van a la deriva, ahogando sus formadas lejanías

y adquiriendo la exacta identidad del río,

que entre dos orillas, de lado a lado, vive,

mientras continúa, continúa rodando.




Nancy Santiago Toro
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Empate (Microprosa)






Empate
(Microprosa)




De inmediato, su amor se había convertido
en una batalla de gestos sigilosos. La táctica
era un ejército de defensivas emociones
a través de las miradas en intensivo combate
que sin sonora artillería lograron un empate moral
entre los dos y, sin ninguna dificultad,
una victoria decisiva para el silencio.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Un detalle sin despedida





Un detalle sin despedida




Pretendo hacer una ofrenda este detalle

hacia el mirador de tu mente en tu visita,

será un transeúnte al aire libre, en miniatura,

agrandando con la repetición de tu sonrisa

y con el tacto invisible de continuo en tu mirada

que en sus tantas veces parpadea compañía,

porque vivirá contigo como la luz en la mañana,

porque será algo mío trasplantado en tu rutina.



En lo posible, verás mis ojos al desnudo,

mientras paseas por mi boca tu soledad más íntima

y festejarán las sensaciones, entrelazando modos

para hacer de la ausencia: una muerte sin autopsia,

un cadáver blanco en el mausoleo del pasado,

un segundo al aire en perenne lejanía.

Sin esperar se poblarán los labios de palabras,

asomando con destreza su esencia de turbina,

en vuelo como si fueran mariposas

con frenesí de alas

tropezando unas con otras hacia arriba.

Agitadas sobre el viento,

ebrias de deseos y aventuras,

girarán, enredando sus murmullos

como un remolino de pasiones amarillas.



Y las escucharemos altas,

aunque dinamiten la mañana,

profundas al hundirse sin final en cada fibra,

largas para que no mueran de cansancio

y anchas, por si tuvieran que cubrir otra nevisca.

Tendrán los gestos de un silencio

con la acrobacia del ruido en la garganta,

con la emoción de un nosotros circulando el día,

a su vez, copiando el canto del pájaro en el alma

para escuchar la inmortalidad de este detalle,

que envío de cuerpo a cuerpo, sin despedida…




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Cada poema que te escribo






Cada poema que te escribo




Cada poema que te escribo

es un abrigo permanente de palabras

en la visita de mis letras que tú escuchas,

es una vehemencia visible de emociones

disueltas en papel impreso,

es la parte tuya que sale de mi alma

para unirnos en el fondo de unos versos.

Transeúnte entrega hacia el marco

del emblemático lirismo que nos atrapa

y nos perdura en temas y conceptos.


Cada poema mío que fluye por tus ojos,

es una mezcla de caricia y parpadeo,

es mi castellano interior en tus cristales

rozando las células del sentimiento,

para atravesar algo más que la mirada

con solo ser en el acoplamiento de mis dedos.


Juntura de los dos en el mensaje

al tocarnos con la fricción de las ideas

y con el requisito fricativo en el dialecto

que nos hace papel y sangre en ligadura

con la fuerza lingüística de un te quiero.


Cada poema mío, eres tú, tú con mi teclado

creando la captura de ambos, aunque etéreos

hacia el colorido cosmos de la inspiración

 que nos mece sin peso en las pestañas,

cuando la parte mía se anuda con tu cuerpo

en el diálogo legítimo de los latidos

que logran cruzar mi vida hacia la tuya.

Cuando un poema yo te escribo,

inevitablemente, al tú leerlo.




Nancy Santiago Toro
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