Día tras día
En este mundo de holgados escenarios
eres en su interior el singular diseño,
esa parte que se traza a mi costado,
asumiendo pertenencia en mi sendero,
eres la pisada en la ruta de mis pasos
que construye ayeres en el tiempo.
En esta existencia que nos hace,
sangramos vida, el amor, lo nuestro
al juntar las siluetas bajo lo claro,
desde las calles; testigos del encuentro
con la iniciativa casual de ambos
trazando nuestras formas sobre el suelo
y este temblor tuyo que se hace mío
con el terso lenguaje de los dedos.
En esta andanza cotidiana que conoces,
día tras día hay un tal vez,
un mañana y otro entonces
procreando granos de verdeados sueños,
hay un instante que nos cuelga a una sonrisa,
un hoy que nos refugia
en la entraña de otro beso.
Hay ese breve momento del abrazo,
donde exploramos la travesía
del sentir expuesto,
cuando nos amarra a la exacta
medida de la tierra
con la misma afición que nos anuda,
desde la íntima torre de los huesos.