¿Lo sentiste?
Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©
Lleva la brisa helada su jarana
en los recodos de la noche sin recelo,
su empeño insiste en el cristal de mi ventana
como si quisiera invitarme a un nuevo duelo.
Se oye como golpe de siglos, cachetada
de aire con toque hiriente de mujer;
proyectil del miedo penetrando la mirada,
tambaleando los muros del ayer.
Inexorable brisa con ansias de maltrato,
se ha escapado por una herida del viento
y su aroma de furia directo al olfato
penetra su árido rumor de desaliento.
Arremete su gemido en cada bocanada
al fondo de la noche, al núcleo de mi sueño,
y le pregunto, ¿qué quieres de mí brisa helada?
Si tan fría como tú me dejó mi dueño.
Llevamos dentro la punzada del reproche
al ritmo del lamento, en pleno vuelo,
mas yo soy una sombra que escupió la noche
y tú con las sombras bailas en el suelo.
Te he vivido en tantas formas,
has estado conmigo todo el tiempo.
Tras de ti iba como mariposa
revoloteando al zigzag del viento,
tú no sabías que te miraba,
aunque fuera ciego mi silencio.
Mi anhelo caminante en vigilancia
se mantenía a tu lado y en suspenso
como rayo de luz en la mañana
acariciaba la vidriera de tu sueño,
aunque despertara nublada tu mirada
con el hálito de otros placeres viejos,
yo permanecía a tu lado sin retirada,
siempre a la espera de lo nuestro.
Hasta que dio tu pie con mi pisada
y coronando de rocío a mi reflejo
supiste que tiernamente te besaba,
cuando dejé mi suspiro en tu aliento.
Y me sentiste como cómplice de la brisa
al infiltrarme juguetona entre tus dedos,
y por ti me hice una gota de lluvia
para caer sobre la planicie de tu cuerpo.
Entonces volteaste hacia mí tu cara
y ya sin más distancias ni pretextos
te diste cuenta que me amabas,
desde mucho antes, desde lejos.
Hicimos un nudo de nuestras almas.
hicimos del espacio nuestro lecho,
y el tiempo perdido hoy nos acompaña,
para vivirnos, para querernos.
Despertó un sueño moribundo esta mañana,
susurraba tu vida en un aliento nuevo,
con tu nombre llenó de aroma mis frías sábanas
y con tus memorias secas hizo renacer renuevos.
Volvió a la vida con un bálsamo de nostalgias;
chispas de tu ausencia flameando desde lejos,
se aferraba al ayer y al borde de la distancia
volvió en las nubes entrañables de tus recuerdos.
Se abrazó el júbilo de gloria a la tibia aurora,
se mezcló un suave canto al respirar del viento
y besó la luz del paisaje con lentitud cautivadora
para hacer brotar del día un nuevo intento.
Que guíe esta fuerza soñadora y desvelada
donde mi amor descansa su latido y sentimiento,
si mi profunda realidad despierta en la almohada,
devorando el sueño con afán hambriento.
Ser lo que no soy es mi deseo en desespero,
que tropieza con el cristal opaco del futuro
y tenerte, sino te tengo y cuando más te quiero,
es el sueño por el que vivo y me aventuro.Hay en mí un silencio algente,
sin sonido solo llama,
como nieve llena el alma,
su nostalgia es evidente.
Y hay un miedo de perderte
que hace estrago en mis entrañas,
yo no sé si tú me extrañas,
mas yo muero por tenerte.
Puedes ser indiferente,
hacerme ola de otros mares
o un camino en los lugares
donde tú no estás presente.
Esconderme en los zarzales
y en la soledad ingente
o arrojar mi cuerpo ausente
sin más vida entre mortales.
Tu apatía aunque me abrace
y sea un ósculo de hielo,
me enviará directo al cielo
y en tan crudo desenlace…
Como autor de mis dolores
estarás en mí latente
y conmigo, eternamente,
como amor de mis amores.