Tu íntima presencia
Tu mirada en revuelo sobre mi silueta,
en un viaje por las emociones del silencio,
al fondo la canción "Después de ti" sonando
y tú, aunando a mis oídos el roce inquieto,
el que quiebra la quietud con la palabra,
el que rompe la piel con el repentino beso.
Allí, los dos de frente como dos extraños,
pero tan conocidos en lo que llevamos dentro,
con la mente fija en las íntimas cosas
que se quedan en un rincón del alma,
aunque las pretenda gastar el tiempo.
Tu iniciativa toma mis azoradas manos
y cuánto comprendimos en mutuo acuerdo
al pasar tan suave por mis voluptuosos labios,
al seguir por mis caderas y la curva de mis senos,
otra vez imprimiendo las ansiadas huellas
en el itinerario de mi nombre,
en el calendario nuestro.
Ahí, donde unas paredes gastadas
rodean este remanso
como si fueran las de esas catedrales altas
que no permiten el pecado del deseo,
mas por clemencia del amor
cubriendo piedra a piedra
la ascensión atenazada de dos cuerpos.
Nancy Santiago Toro
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