Sunday, December 29, 2019

Invierno III (Diciembre despidiente)





Invierno III
(Diciembre despidiente) 




Por triturar el año con el desplome que alborota la mente, te envicias de voces lejanas y sacudes el vínculo de la abstracta compañía para justificar que eres diciembre en todas las miradas que te agitan con el inquietante efluvio de cualquier memoria.


Otra vez puntual en el itinerario de blancos furtivos y con el impulso guiando todo lo que acude a la sordera del viento para entretener el viaje que te eleva sobre una época abarrotada de tristes felices.


Y, terminantemente exacto, porque tu final es el mismo. Una pálida prisa por ser la estación incompleta en el ánimo del último estallido. Envuelto como un regalo de rostros mentales cruzando las sienes, y cayendo en los ojos para desenvolver la cercanía carniforme que vive en las citas que no se ven, desde el marco de otro mundo, pero en esta ciudad.



Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Monday, December 16, 2019

Invierno II (Seductor)





Invierno II (Seductor)




Hoy regresas, invierno, desvestido

sobre una hebra de luz provocadora,

atrapada en tu fondo de cercanía y beso.

Tendido, ocupas las coordenadas del futuro

con el balanceo de tu hombría,

dentro de la hondura de un diciembre

turbador de sonrisas invernales,

asidas a la posición del regocijo

en la accesible turbulencia que procuras.


Llegas con el erotismo de los días venideros,

viajero de movimientos, el paseante,

un experto de modos

sincronizados al ritmo posesivo

que animado cubre la rendición

en torno tuyo. Tú, extendido

como el surtidor de temblores.

Un protagonista de arrebatos, de baladas,

varonilmente insinuante, atravesando

el descaro abierto de las persianas.


Bajo la presencia de tu nombre, Invierno,

cada zona en la obra de tu enlace debilita,

al saberte varón de las mañanas que seduces

con el blanquecino viaje de tu caricia amplia

como un tacto almidonado que se abre

de placer y de alborotada altura;

blanco retorcijón en la virilidad del compás,

jadeante, deseoso, inminente

en el lecho más hondo de la aurora.

El resto de ti, es el regalo del desorden,

un brío de oscilación acuática,

manifestación repleta

de contemplativa intensidad,

antes que el acto de tus ganas

inicie el interno blancor del descenso.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Friday, December 6, 2019

Invierno I (Inclemente ciclo)






Invierno I (Inclemente ciclo)




Despierta el letargo de un sol humedecido,

de rituales en la fuente de las sombras,

donde ahogado concede otro cuento de agua.

Rutina inflamada de nubes rotas

invadiendo la frialdad,

si el diagnóstico irrebatible es el invierno.

Es diciembre en las libertades del aire

y su nombre, con la dolencia del paisaje

malherido, va cambiando el atuendo del color,

de la algarabía, ahora atosigada de cicatrices

al mostrar el síntoma del inclemente ciclo

que desparrama el blancor de los instantes.



Primer indicio de la gravedad impresa,

que amplía la fotofobia

de su pronóstico en general sobre el relieve

como una plaga glacial, acaso,

dispersando el síndrome de la vida.

Tanto, que el espacio tose sus grises heridas

como arterias de árboles sin hojas, cayendo

con el crónico contagio de la sequedad,

porque es el desarreglo de los días 

que se rompen de adentro hacia afuera,

cuando se arranca todo el dolor de la tierra.



¿Lo ves?, justo allí… hay un proceso

que abre la puerta secuencial, una fase

buscando el leve retoño de la lucencia.

No te afanes si no lo ves, hay candados

en los ojos que solo abren unos pocos

y a veces la excusa del frío es muy pequeña

para verla como una mueca rebelde

sobre el claror de una ventana. Boqueando.

El atributo de un gesto incomprensible

que aprende a llegar al modo

más abúlico del fríor,

tan blando, tan abatido, tan débil,

para luego, brillar por encima de las cosas.




Nancy Santiago Toro

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Desacompañamiento (Soneto)






Desacompañamiento
(Soneto)




Como Adán en los labios del deseo,

por acrecer el mal y el cuento chino,

aquel de Eva, iniciado a lo divino,

con la manzana del carameleo…


Alustras el perfil del cachondeo

en el cuerpo mojado y negrestino,

fingiendo un Sol de origen cristalino

que no te servirá de galanteo.


La miel que proporciona tu Veneno,

vertido en la raíz de tus pecados

ha dejado un alerta, los cuidados


y un semáforo en rojo para el freno.

Para ti ni hoto, entrada o parentela,

solo un fin, y en reserva la cautela.




Nancy Santiago Toro
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Thursday, November 21, 2019

Caminito mío (Soneto)






Caminito mío
(Soneto)




En el secreto entorno de la vida,

el albor me perfora en cada puerta

y audaz le doy mi sombra por la oferta

colgada del dilema en la partida.


Después, la incertidumbre en la salida

es inquietud crucial que desconcierta,

yo con ella prosigo más incierta

que el arribo de cada bienvenida.


Así me uno al zigzag de su premura

y al procaz albedrío de su espanto.

Me hago acertijo en su interior viajero


y asumo su misterio en mi figura,

aunque la exultación y el desencanto

mezcle el agua y la dicha en mi tintero.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Por ti, Adán






Por ti, Adán




Yo no tengo un espíritu dormido,

ni el carácter ni el alma es de madera,

voz de una vida llevo a mi manera

para escuchar el ritmo del latido


dentro del hoy que vivo sin mañana,

si el futuro es incierto y secundario,

aunque otras lenguas digan lo contrario,

soy Yo de mi presente Capitana.


Jefa y Dueña del plan que ensayo y nace

a diario con el arte de mi instinto

al crear sin cadenas lo distinto

con la roja pasión que satisface.


No busco en el pasado, ya cubierto,

por no ser una araña en la trastera.

En la vida prefiero ser pantera

con el deleite del rugir experto


y la firmeza siempre hacia adelante.

Atrevida, cazando en la existencia

el modo y el sabor de la experiencia;

que es Madre del Saber y del andante,


cuando brinda el desmadre de la selva.

Negra al dar el grandor de la batalla

en subsistencia frente a la contralla

del verdor, a pesar, que no resuelva


la hostilidad florida en lo salvaje,

que en su entresijo engendra la discordia

como un dios Ares, con afán de incordia,

encaramando dentro del paisaje


la perversa cabeza del tirano

al porfiar el decoro criminal

del célebre pecado original

que iluminó el infierno de antemano.


Yo, sin la terquedad del inocente,

tropiezo en la simiente de Eva: eterna

y atada cual raíz en cada pierna,

desde aquel tropezón desobediente.


Solo ella, aun sin freno y con apuro,

volvería de nuevo al paraíso

para iterar la historia y si es preciso

llegaría al ayer. Muy de seguro


con el mismo patrón del gran Inicio,

terrible y futurista de este mundo.

Por ti Adán, en un mínimo segundo,

ella iría al comienzo del flagicio.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






Thursday, November 14, 2019

Seca hondura tuya (Soneto)






Seca hondura tuya
(Soneto)



Los estratos dominan tus ideas,

sin balcones en vuelo, ni paisaje

que dore tu mirada en las mareas

intranquilas de sol en el viraje.


Te falta el ciclo azul de su entusiasmo,

los ríos hacia adentro, un claro día

para ver desde afuera tu marasmo

con el pozo del cuerpo en la sequía,


en tus modos mostrando los pedazos

inválidos, sin ruido hacia el futuro,

sin tacto en la región de tu flaqueza.


Poca es la luz mental de los chispazos

que exponen tu silueta en claroscuro.

¡En tu alma que vacía es tu pobreza!




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©