Invierno II (Seductor)
Hoy regresas, invierno, desvestido
sobre una hebra de luz provocadora,
atrapada en tu fondo de cercanía y beso.
Tendido, ocupas las coordenadas del futuro
con el balanceo de tu hombría,
dentro de la hondura de un diciembre
turbador de sonrisas invernales,
asidas a la posición del regocijo
en la accesible turbulencia que procuras.
Llegas con el erotismo de los días venideros,
viajero de movimientos, el paseante,
un experto de modos
sincronizados al ritmo posesivo
que animado cubre la rendición
en torno tuyo. Tú, extendido
como el surtidor de temblores.
Un protagonista de arrebatos, de baladas,
varonilmente insinuante, atravesando
el descaro abierto de las persianas.
Bajo la presencia de tu nombre, Invierno,
cada zona en la obra de tu enlace debilita,
al saberte varón de las mañanas que seduces
con el blanquecino viaje de tu caricia amplia
como un tacto almidonado que se abre
de placer y de alborotada altura;
blanco retorcijón en la virilidad del compás,
jadeante, deseoso, inminente
en el lecho más hondo de la aurora.
El resto de ti, es el regalo del desorden,
un brío de oscilación acuática,
manifestación repleta
de contemplativa intensidad,
antes que el acto de tus ganas
inicie el interno blancor del descenso.