Sunday, May 19, 2019

Amorados






Amorados




De nada nos sirve

soltar el timón de amarnos,

si te enroscas al vientre de mi círculo vicioso

como un trompo dando vueltas en picada,

convencido de que cualquier salto

te hará caer vivo en las esquinas

incompletas de todo lo que soy.


En las atenciones carnales, de nada vale

ignorar el vuelo interno de la prisa,

si me apresuro a ser la deslizante

gravedad de la montaña rusa

para verte sufrir de algarabía

con el sube y baja de la locura en marcha,

si te conviertes en la cavidad del eco,

donde alojo el sudor del grito,

enroscados, maliciosamente, en la combustión

de esa inminente dependencia.


Tampoco resulta... que te vayas de mí,

cuando tranco el lugar de mis ojos,

porque el terco gesto del próximo minuto

te da el tiempo para que enciendas las luces

que nos devuelven a los surcos

encadenados del día y la noche,

donde eres como el aire

buscando la vida en mi respiro.


Ni me basta que te cierre

los candados del sonido,

los talleres de mi compañía,

los trayectos confidentes del contacto,

si cuando estalla el futuro,

súbitamente, te arroja

como un soldado vencido

en mi dulci-fiero combate,

como quién se resigna a morir

en la táctica sensual de mi estrategia.




Nancy Santiago Toro
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