Atados al paso del tiempo
Encadenados vamos al paso del tiempo
como si fueras los minutos de mis horas,
tan ceñidos a su pasado movimiento
y tan dentro del inagotable ahora
que desintegra presentes que perdemos,
mientras va creando anhelos entre otras cosas.
Ambos aferrados al origen de ese sueño,
a su calendario, a su vaticinio, a su ayuda,
a la espera taciturna, cuando tanta lejanía nos deja
en unos brazos erguidos que se buscan,
para dar el abrazo que exige el afán del cuerpo
y allí eclipsar como dos almas que se adoran.
Estamos atados a través del viento,
en este sostenido caminar en contra,
cada vez que me roza la caricia de tu nombre
y hacia la nada vamos como aladas hojas,
aunque podamos sentir, los dos, el mismo cielo
entre una recua inacabable de memorias.
El gesto noble que libera el adusto invierno
para que busquemos el calor que en los dos reposa
y al convertirlo en fuego pase a nuestras manos
como un sol sobre la carne textual dando
las palabras de los labios que se aman en silencio.
Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©
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