Esas cosas de la sangre
Esas tantas cosas de la sangre
que antes fueron latidos de lo amado
con la tarea ajetreada del ciclón sanguíneo,
crearon sus óleos movedizos
en las memorias y han seguido
por las curvas del otoño
hacia el horario de un inacabable invierno
como fuliginosas viajeras en trasiego
fusionando el adiós de la breve estación,
con la gran distancia que alcanzamos.
Aquellas tantas cosas del corazón-refugio,
agibles en la mezclada costumbre de amar
que transitaron con las tempranas hogueras
de los amaneceres que se mueven dentro,
extraviaron el brillo de la ilusión que hablaba
y la obra esparcida del feliz calor solo exhibe
la sequía repetible del fuego y su cansancio,
cuando el frío las confronta, las circunda
y las hospeda en la claroscura cavidad
de los recuerdos que se van olvidando,
desde la pasión a la nostalgia. Sin destino.
Esas muchas cosas de las venas
que se unieron a la fuerza de quererte
con la creencia de un pedazo más eterno
arribaron a un paisaje elegido por la lluvia
y han encontrado la perfección del agua...
Van a la deriva, ahogando sus formadas lejanías
y adquiriendo la exacta identidad del río,
que entre dos orillas, de lado a lado, vive,
mientras continúa, continúa rodando.
Voy a leerte más seguido. Poemas como este deberían leerse todos los días. Magnífico. Felicidades.
ReplyDeleteHola Alberto. Primero muchas gracias por visitar este blog y segundo puedes venir cuando quieras, eres más que bienvenido. Un gran saludo de lunes.
Delete