Friday, January 28, 2022

Vanagloria




Vanagloria



Nómbrate mujer Vanagloria.

Sra. Paradoja en las voluntades

de tu virulento cuerpo.

Llámate Inocencia con la boca

de llegar a Babilonia,

con los dientes de morder

las perversiones del deseo.

Metete las dos caras

que te enferman de hipocresía cítrica

y saca los escrúpulos de tu crisis

como fuegos escarchados

que te mojan de impotencia.

Escarba el hondo frío en tu alma púdica

con la visión de tus ojos torpes

cuando busques mi imperio en llamas

y solo puedan darte tu íntimo diluvio

a menos precio.


Fingete heroína de la sumisión

sentimental y pon de testigo al terror

que se esconde en tu conciencia

y a las mariposas de tus alfileres justicieros

implorando luz en el hueco de tu risa,

a la diosa obediente del respeto.

Por no haber ejercido

las funciones malandrinas

en el Barrio Humano de los misterios.


Sube, elevate en el vuelo de la magia

que se funde con los altos sueños,

con la deidad del hombre,

con el despertar del hijo en la mirada,

siempre laboriosa en los rasgos del pequeño.


No, tampoco laves en su lloro

el arrullo de tus culpas

ni los dones pringosos

de tu esclava vida,

ante esa hija no seas un payaso

encarnado de tristezas

ni muñeca de cartón,

encantada en su sonrisa.


Mejor reza y rezando ruega

que nunca coma las manzanas del entuerto,

que no vaya a un baile de culebras.

Pide detrás de un Deja Vu

que no encuentre el susto

de su Santa Madre dolorida

en los santuarios del destino

ni a la desgracia devorando la dulzura

del amor filial en penitencia.

Súplica protección con toda

la creatividad de tu historieta

y con todos los benditos

del seno materno, obsérvala, lejos

de escorpiones, de chacales, de buitres,

de vicios, de panteras, de puñales

de errores, del mal, de todo aquel

envuelto de prejuicios y tinieblas

para que brille alerta junto al ángel,

y en tu propio regazo nunca se lastime,

jamás sufra la falsedad de tus certezas.




Nancy Santiago Toro

Derechos Reservados©









Wednesday, January 26, 2022

De rondón





De rondón



Sé de sobra que la ocasión en paseo

por mis ojos es una ceremonia

donde parpadea el movimiento

poblado del latido.

Hoy por hoy de acción y efecto,

de vida y tiempos habitables,

de esencia transportando hechos

en el largo viaje del coraje; ahí, toda yo

simple de batallas contra el riesgo,

por el placer de amotinar las decoradas

trayectorias. Donde cabe todo;

ondulaciones, extremos y matices

desde el oficio lumínico del alba

hasta el sopor de la estrella reducida.


Amplia realidad que se respira

en la brisa inconclusa del otoño,

si extendida huele a cultivo en primavera,

así como el vivir que se moja

en los riegos del rocío

y aun en relevo de humedales

activa el curvado encanto de la risa,

y es mucho más que el silencio en el aire

que rompen las palomas

cuando se eleva como un canto

satisfecho de juntar la voz en compañía.


Que de tanto ser dentro de mi carne

ha dejado, sin saberlo, el frío

el tránsito del sol en mi silueta

y en desorden, aromas dulces,

libres, compartidos en el respiro

dadivoso que regresa...


Tan protagonista en mi interior,

porque en todo lo que soy es mío

y en mí se nutre de las ganas dulces

que al mezclar de gozo

no huyen del salitre,

con más razón no le pongo

un final a mis sandalias

si me importa un bledo

que el futuro tenga olor a muerto.


Por eso, a todo trance, sigo

hasta que muera en el curso

que a doble paso va conmigo,

ahora que el amor me cubre el pecho

y recorremos los instantes

que fecundan el mismo sentimiento

cuando caen como una obra

preñando al corazón

de presentes giratorios.

Siendo, ellos criaturas en la sangre

hemos de vivirlos como lleguen.


De otra manera es imposible.



Nancy Santiago Toro

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Thursday, January 20, 2022

Noche a tumba abierta




Noche a tumba abierta



La noche pasa,

transmuta su interior,

casi deshecha hace una tumba

de su negra prisa.

Resignada se deshace,

la veloz ansiedad de su ascensión,

como el presente que colapsa

como la estrella luminosa y su manía

que en cualquier regreso consumado

vuelve a fallar de luz en la partida.


Se retira, se va la noche

en rendición noctámbula,

se rompe como la espuma

que se extingue en su fatiga.

Se disuelve la favorita de la luna

desde la profundidad de su comienzo

para hacer de otro final

la apartada friabilidad de la ceniza.


Se desbarata ante la claridad

que atrae los verdiazules,

mientras, gravemente, la traspasa el día

al reventar de sombras encorvadas.

En otro margen, de golpe, subrepticias,

junto al jamás de los jamases

que pretende el sol y todo su enigma

cuando se aleja con el don

que madura oscuridades,

cuando vuelve al negror

que la mata y resucita.




Nancy Santiago Toro

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