Tu aire
Si un día como tu playa dormida, ya no existo
y mi cuerpo, en tus aguas, lleva Dios en sus manos,
solo una cosa le pediría, y en ella insisto,
en ser el latido de aire de los campos.
Bajaría cantando los peldaños de las nubes
con la lluvia compañera corriendo en mis pasos
 y con sus gotas danzantes en mis ritmos suaves,
 rodarían manada de caricias por tus brazos.
Sería el aire sonoro de tus cálidos suspiros,
 en diáfana entrega seduciendo tu ser
y emergiendo de ti en plácido respiro
que felizmente se vuelve a remecer.
Aire en susurro de besos secando tu sollozo,
si tus ojos llorarán mi ausencia en tu piel.
 Aire dormido donde descanse tu alborozo
y despertar con tu melodía de risas a granel.
  Aire que impulse remolinos de locura;
  violento y calmado para que puedas sentir
 el arrullo constante de mi íntima frescura
si con los labios del viento besara tu existir.
Ser el aire risueño que la muerte no trunca
y en el aroma de tus respiros poder pervivir.
Siempre a tu lado, aunque no sepas nunca
que estoy viva en el aire que te hace vivir.
Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©


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