Hoy me dueles
Hoy me dueles hasta la sangre
y es un dolor que penetra tan distinto,
mutila los sonidos, golpea la memoria
y en mi pecho abre la grieta de un abismo.
Es verdad, no lo había sentido antes; otros dolores
fueron por otros corazones, otras manos
y palabras disparando al aire sus cuchillos,
mas, ya sin labios
son del silencio o son del olvido.
Esta aflicción de acero se queda y más se aferra,
porque de ti me llega, de tu nombre, ¡niño!,
se hace agua de mar, tormenta de mis ojos,
un maremoto que duplica fuerzas
al prorrumpir mis adentros con agravio repentino.
En el alma con tal fortaleza le descubro
y acrecienta a la par contigo,
aunque en esta realidad, apenas, había notado
que tu mundo, ya ni es tan pequeño ni es tan sencillo,
pues va mostrando tus caminos de aventuras,
mientras tu cuerpo ofrece los tempranos rasgos
que van marcando la identidad del hijo,
con los que un día volarás a tu manera,
por los paisajes más altos de los hombres,
aunque para mí esa altura siga siendo del cariño.
Será en ti esa que nos aleja del comienzo
porque creemos tener poderosas alas y el vuelo
nunca es de la tierra, es del altor y del destino.
Y te irás por esa ruta con tu plan en los deseos,
con la mirada en medio de los sueños, desafíos.
Seguirás más tuyo al conquistar las experiencias,
por atar la vida al humano oficio.
Yo esconderé siempre el dolor
en las nubes de mis ojos,
dejaré a flote el amor, el beso, la plegaria
y aun si estuvieras muy lejano,
te encontraré hacia adelante y hacia atrás.
Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©
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