La Vanidad cabe en cualquier palabra
pretenciosa de tanto idolatrar el retrato
idealista en una metamorfosis
aplacadora de asperezas humanas.
Como si fueras movible
en una mansedumbre conceptual
que te mantiene a salvo
cuando huyes de tus cicatrices
y haces de su hogar de piel hasta la médula
un lugar extraño en tu memoria.
Qué armoniosa es la imagen
cuando te finges intacta
como una luz amnésica de sombras,
como una alegría emancipada de tristezas,
sin roturas, exenta de golpes
en la lucha humana que te alquila
un dolor en otro idioma
y peor, si cargas siete gatos
kenianos profanando tu barriga.
La integridad y tú logran un hiato,
dado que lo tuyo es caer
en el holograma apetecible
y, como cómplice del olvido,
poder crear una historia puramente dorada
en un rastro aparencial y sin errores
para terminar breve y absurda
en la mueca del asombro
que te devuelve inevitable
al interior que se abre
como una selva repleta de ti.
En cuántas vidas de apatía
deambula el vivir del tedio.
Me basto y sobro en una sola,
mujer con lo puesto, si el peso del bagaje
vivido es suficiente en una andadura
que se independiza del todo,
cuando los genes del placer
pierden el ne quid nimis.
Menos mal que la Muerte no protege
las partes blancas del morir oscuro,
razón para no acabar en sus fauces
como algodón de azúcar,
el día que se lleve mi viaje
y remate su excursión de jungla
entre las piedras con el repetido
final rodeado de cenizas.
Siempre me sorprende tu habilidad para escribir y trasmitir tu fuerza en cada escrito. Este no dejar de ser bello por decir verdades y como te dije en otro comentario... seguimos rodeados. Te dejo mi abrazo con todo respeto.
ReplyDeleteHola Daniel, tus palabras me dan la fuerza para seguir trasmitiendo a través de la poesía, es una dicha tenerte como amigo y fan, mil gracias por todo!!! Abrazos.
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