Un lazo de amistad en la distancia
Por José Daniel Muñoz Espinoza
y Nancy Santiago Toro
Eres mi entrañable amigo en la distancia,
vives en mi corazón con contenido,
con la fuerza que define la constancia,
con el honor de tener a un ser querido.
Si te busco, si te extraño, si te siento,
si sólo un poco de tus letras te pido
es porque mi alma necesita el aliento
que en tu versar exquisito he obtenido.
Tu lenguaje me brinda con elegancia
paz y esperanza si estoy en tempestad
y sabes calmar la fiera circunstancia
si me acecha con miedos la soledad.
Con docilidad y atenciones discretas
te proveo mi hombro de tinta virtual,
lleno de luces, impulsos y letras…
expresiones de mi entrega fraternal.
Amigo fiel, erudito caballero
que cruza la más profunda inmensidad
para pender del cielo como un lucero
y guiarme en los tiempos de oscuridad.
Una palabra tuya o un comentario
resplandece indeleble en todas mis noches,
forman las notas escritas en mi diario
y lo embellecen como lo hacen tus flores.
Siempre atiendes mis halagos o reclamos
como si hablara una voz angelical
y no importa que lejos o cerca estamos,
tú me cuidas como amiga de cristal.
¿Cómo no escuchar tu voz cuando me llamas?
¿Cómo evitar la nitidez de tu ser?
Sería arrancarle a un árbol sus ramas,
privarlo de aire y dejarlo fenecer.
De lejos eres la estrella que más quiero,
de cerca el tacto ausente es intimidad
y dentro de mí el amigo verdadero
que entiende los principios de una amistad.
No existe mar, montaña o tierra sin fin,
en nosotros no existe distancia oscura.
Nos une un sentimiento y pensar afín;
fundamentos de una amistad que perdura.
Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©Nancy Santiago Toro
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