Por ti hice…
Me roza el aliento triste de la tarde
o en reciprocidad agónica se da la entrega,
de tanto amar me hice verso de mi sangre
y colgué los latidos encelados en poemas.
Y hablé desde mi mente intensidades
desde la pequeña semilla hasta su cosecha,
grité el verbo amar para vestir los aires
y recibieran sus ojos, su natural belleza.
A un páramo sin fuerza lo hice bosque
con un milagro de amor a ciencia cierta.
Hice del silencio agudo, lírico lenguaje,
con el tacto de mi alma en mi presencia
y te miré sin distancias para poder tocarte,
y sentir tu rostro sobre el mío, sin ausencia.
Hice a mi pensamiento un lecho de amantes
para ofrecerte mis sentidos sin clemencia
y te entregué mi cuerpo con su nombre,
sin maquillaje, sin ropaje, en desnudez de seda.
Mas se liberó el ligero río de mi corriente,
un rayo del sol una mañana la bebió certera,
en un raudo vuelo se la llevó a su nube
y me hizo lluvia intensa sin vereda.
Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©
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