Latimos
Me acerco y al segundo me respira
con la causalidad del viento sobre el árbol
y total es el alboroto que aproxima,
que descose el instante, mientras tanto,
asoman las sonrisas de los ojos ocurrentes
como si la mirada sonara su entusiasmo
o parpadeara un ritmo de emociones
o el delirio de un roce reservado.
Inevitable efecto que germina
el empeño del lenguaje entre las manos,
entretanto, crece el germen del silencio
acompañado con los verbos del contacto
al expresar el pulsión del movimiento
que nos lleva a escalar algún verano,
donde somos desde el fuego a la ceniza,
en medio del calor, vehemencia del sujeto
prendido al placer de un predicado.
Se acerca… y yo al segundo lo respiro
con su fragancia de amor alborotado,
que alarga su esencia hasta mi sangre,
la complicidad de su camino con mis pasos
y esta interconexión de la apetencia
que nos mezcla... con solo respirarnos.
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