Tus besos
Hablar quieren tus besos
antes que se acabe el día,
de los últimos recuerdos
que de ellos tengo todavía.
Besos míos que robaste
bajo una luna que es eterna,
impregnando de magia los aires
de una noche endeble y serena.
Besos que cegaron mis ojos,
temblorosos de mirarte
y que crisparon mis manos
impacientes por tocarte.
Besos de humedad ardiente
que pueden ahogar en uno,
un no mudo e impotente,
si en verdad hubo alguno.
Besos que arrebataron al coraje,
la fuerza que se negó a resistir
el impulso de una pasión salvaje
que muy hondo se llegó a sentir.
Que dejaron mi pecho comprimido,
ahogando un silencio bullicioso;
dejando también mi corazón herido
por ser, atrevidamente, mentirosos.
Besos que dejaron en mi piel
una herida en carne viva
por ser un veneno la dulce miel
que en ella quedó cautiva.
Besos que alumbraron con sollozos
la tenue luz de las estrellas.
Y que rebozaron de extraño gozo
en el misterio que dejó su huella.
Besos que quedaron mudos
en mis labios dormitando,
desvelados y ansiando
ser por ti despertados.
Y que hoy llenos de ensueños,
son delirios en mi mente.
Destinados a dormir en mis sueños
que entre sombras buscan su muerte.
Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©
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