Exogamia unidimensional
Sedienta de sueños, de alianzas
por esta tierra de clavos torcidos,
he pisado en redondo la herrumbre jorobada
y lastimera que ha soltado la cruz de los siglos.
Todo arrastra aquella herencia que no acaba,
que hasta hoy obceca al contumaz latido
con la causticidad que anhela la lisonja
del que transita la sentina del asesino.
Una mano se levanta, el otro con sus dedos
la sostiene y la ruindad es la amenaza
de los que libran la sangre de sus mentes
y liquidan al hijo, a la extraña, al amado,
sin profundizar la razón de la furia
que arrebata al humano más humano
devorado por la injuria indiferente.
Y yo que camino con versos en la espalda,
hambrientos de visiones por la vida
para dejar en los caminos las palabras
del amor que arde en mi saliva,
si a ti llego no me niegues
el abrazo que te doy
no alejes tu mano si te encuentro,
no aprietes el gatillo de tu odio
ni mates la esperanza que te llevo.
La vida es un inventario de sucesos
invadidos de ayeres en sequedad de enojos
y de punta a punta se entrelazan las heridas,
y el dolor va en el continuo tiempo
por el inmenso azul del mundo,
y si no marchita, y si a ti regresa,
que sea en pacifismo racional.
Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©
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