Noviembre en las ventanas
Es noviembre en mis ojos y, entre sombras,
el día rueda la partida de una tarde por la vista,
suelta los grises de un abismo en las ventanas,
cuelga las distancias más austeras por la brisa
y esparce nubes de cenizas en su avance
que aceleran el afán nocturno en las esquinas.
Calle arriba… calle abajo, en visita de interiores
y con la apariencia más rota que posee el clima
al mezclar la cascada del cielo con la noche,
desde el camino más helado
que se haya visto de una despedida.
Tan prolongada, si es dimensión su retirada
con las tantas direcciones que tiene la llovizna
cuando, inmensamente, es la conquista del paisaje
al cubrirlo todo con su trama repetida...
El goteo del silencio mojando los instantes
caídos en la nieve más larga de la vida,
para luego urgir un diciembre en los cristales
en torrencial costumbre que estremece y moviliza
el ventoso sonido que cruje latitudes
al dejar la informal invitación a la salida
de un noviembre que con atavío de cielo,
relampaguea la rotundidad indefinida
de un adiós, hasta no sé dónde,
cuando en sinfonía de truenos se vacía.
No comments:
Post a Comment