Saturday, October 6, 2018

En las alas de un poema






En las alas de un poema



Tengo las alas de un poema

sin programas, casi quietas

y sin cancelar el siguiente vuelo

por otra lira con llegada simple

hasta el trayecto sensorial del cuerpo

que busca el encanto de las cosas,

que se arraciman intangibles

al umbral del pensamiento

con el usual ciclo de la tierra,

cuando alumbran, apagan, giran, siguen

el curso de la ordenada naturaleza

absoluta, con el pulso glauco de los jardines

que se mueven con la acción y las maneras.



Sostengo la mirada hondamente hinchada

de azules que frenan en espesuras verdes,

por que exprimen un mar en pequeñas gotas,

mientras brota todo lo que el interior ofrece

al recrear el regreso de las fugitivas cosas

por los paisajes de algún capítulo

que sin huída, quedó en las sienes.

Alguno con el color de la flor marchita,

con algo más de la aurora breve

de paseo con la encaramada golondrina

que en el aire, ya no supo detenerse,

al cargar esa parte que se nos va de adentro

y sin cautiverio impulsa el vuelo urgente.


Para enunciar la herencia del dolor que avanza

o la alegría perdida que se va y no vuelve

desde el corazón con su ofrenda en rojo,

por que sé que entero me acontece,

mientras su estructura hacia el mañana

es un medio hacer que la visión persiste

con la apreciación que llega voluntaria,

para ser la estampa alicaída de algún relieve

con la repetida decoración de arena

que a la vista acude por costumbre,

a través del instante que desata el temple

la ocasión, el silencio contra el alma,

la emoción viajera o simplemente el gesto

que se vierte con el amor que aún sueña

entre mis manos como semilla libre,

aunque caiga en el vacío como hoja seca.


Porque todo es posible cuando el verso surge,

si robo el aliento de una primavera

o el rumor inquieto de los bosques,

o la esencia de una mañana fresca

impregnada de yerba en una cumbre,

incluso, si arrastra algo de la oscuridad espesa

al capturar la marcha de la sombría nube

con los ojos que devoran su estela negra,

para causar las tormentas que me sacuden.


Tengo los sentimientos gestando ideas:

lloran, danzan, mueren, viven.

Impulsan un contenido de vivencias

en la creativa corriente de la sangre,

cuando susurra la vasta jungla

que me habita el nombre.

Lo demás, es solo aventura del latido

por este diminuto hoy entre ayeres

expresando algo del mundo íntimo

que las venas mantiene a flote.

Tal vez, para que en otro día,

desde otra altura y hacia otro ser

descienda levemente a los sentidos,

y aunque la percepción sensorial con mi esencia

no sea suficiente para percibir la desnudez

de la lectura abierta que desde mí arranca

el sentir mutable. Con el que escribo.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






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