Paraíso
Mis pasos caminan desolados,
buscando nuestro recorrido sin sentido
por aquellos caminos recordados,
donde quedó nuestro amor esparcido.
Nuestras pisadas no se han borrado
de mis paseos largos y repetidos
y aunque sus arneses estén callados,
aún por ti se oyen fuertes mis latidos.
Bajo el árbol donde nos cobijamos,
donde me diste tus brazos y te dí los míos,
están los dos corazones que pintamos
con los dos nombres que escribimos.
Y habla el entorno de tus carcajadas,
de tus palabras a mi lado, de tus suspiros,
de las miradas profundas y amparadas
que bajo este cielo azul nos dimos.
Hoy las aves que cantan en la enramada
y la sombra que escudriña mi abismo
saben de mi alma encariñada,
aunque tu aprecio, ya no sea el mismo.
Pese a que no vuelva lo que dejamos,
aquel apego único, intrínseco y divino,
fuimos uno, aunque hoy seamos
huellas separadas del camino
y cambiaremos, las circunstancias pasarán,
porque en el tiempo todo es impreciso,
pero estos prados siempre serán
el terruño de mi amado paraíso.
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