¡Ya lo sabe!
Mi silueta lleva la obra del comienzo
con el instante abierto del hallazgo
y hace posible la ruta del encuentro
con la rueda de los días, hasta la cita
del ahora, en el lugar exacto.
Una ojeada al ejemplar y captura mi suspiro,
invita a ir más allá de la solapa,
deja la corriente progresiva del estreno
en el accesible dinamismo de mis manos,
igual que el lenguaje mudo ofrece el grito
como una puerta abierta en su llamado.
Ya de cerca, vibra el pulso de su historia,
un prólogo de gestos seduce en su principio,
antes de entrar a lo que parece el alma
en las etapas que comulgan con el ritmo,
porque así construye el largo viaje
por su esencia, la materia y los sentidos.
De a poco, el ambiente, calienta el desarrollo,
tiembla, sin papeles sueltos, la experiencia,
y la expresión perspicua se aferra a la mirada
como un sol sostiene al día, de improviso.
Su cubierta y prolongación entre mis dedos,
logran llevarme al drama del escorzo,
a un cóctel de mezcladas sensaciones,
al punto culminante de honda anatomía,
para hacer del vínculo que somos
la brecha simbólica que integra los eventos.
Fértiles cuando me entrega, totalmente,
la evolución holgada del misterio,
donde crecen sus tantas emociones
como un brote que asegura su trayecto
en la naturaleza rutinaria de mi roce
y quizás... quizás pudiera
decir más de lo que digo en el clímax
que me hace girar otra vez a su portada
para cruzar con más fuerza el contenido
hasta las orillas de la noche, donde
se desbordan sanguíneas sus palabras.
Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©
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