Wednesday, October 3, 2018

No existía, me exististe






No existía, me exististe




No existía, me exististe

en el camino del estreno.

Mi vida como oleada verde

arrimaba a tu azul amplexo,

armónica hacia tu íntimo paisaje,

por la ruta del silencio

y ascendente hasta el desenlace

dichoso del rotundo estruendo

sobre la quietud de la compasiva tarde

que me cedía el paso hasta tu pecho.

Allí, donde reposaban mis palomas;

mensajeras fieles de mis sueños,

tentando el origen de palabras

desde el candil de los deseos.



Luego fue una curva en medio de la nada

para deslizar nuestras almas en los momentos

y ni un ayer ni un mañana

pudo detener el brío del trayecto

al escalar la oferta de fragancias

que llevaban a la cima del ensueño,

para besar las gamas de colores;

regalo inmaculado del generoso cielo.



Empapados de horizontes nos saciamos,

nos vivimos simples, sin excesos

y moldeamos al amor con literatura,

con la tinta en un suspiro al descubierto,

para colgar el latido en la mirada

y parpadear la danza del incendio;

movimiento que hoy quema y arrebata

con locura apasionada sin remedio,

que me hace vida plena que te habita,

que te hace esencia profunda de mi cuerpo.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






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