Thursday, September 20, 2018

Hay esos versos…






Hay esos versos…




Existen esos versos que se escriben con el alma,

los del corazón que graban la tinta de un latido,

los que son arrebatos o ecos de la nada

al prorrumpir la musa de improviso.


Hay enmarañados y de falsía desprovistos,

los bucólicos, los elegiacos y exultados,

de sensaciones íntimas que vierten y proclaman

 emociones atadas como grilletes en papel escrito.


Emergen retóricos, complicados o sencillos

al cargar en línea recta o turbia el objetivo

con el sentimiento claro, oscuro, vivo o muerto

y adormecido en versos frontales o clandestinos.


Están los que usan las palabras como balas

o como manadas de caricias o suspiros,

y tantos de la oscuridad, del claror en pausa

que se hacen esclavos del artificio.


Se hallan los poblados de finados sueños,

los aislados en otoños o en calabozos fríos;

sin las miradas, sin abrazos, sin los besos

que dieran a su entorno algún motivo...


Esos como pétalos agostados y dispersos

que esparcen algún reclamo adolorido

por los farragosos sesgos que deja el tiempo

sobre un calendario en pretérito extensivo.


Algunos son fulgentes como luceros,

surgen para admirarlos, para vivirlos,

porque no conocen de manchas ni de sombras,

son los alígeros que alcanzan el espíritu.


Otros escritos con embeleso, despecho, rabia,

con desilusión, por amor o por olvido,

de causas y efectos en las ideas desbocadas

que plasman lo secreto hacia la luz, desde el abismo.


 Versos, existen solo versos con voces del infinito,

naciendo del silencio, hablando por sí mismos,

 como huellas mentales en murmullo o estridencia

para eternizar en el tiempo los sentidos.




Nancy Santiago Toro
Derechos Reservados©






No comments:

Post a Comment